El lado oscuro de la airfryer del que nadie habla pero que deberías de conocer antes de comprarla
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La freidora de aire, también conocida como airfryer, ha ganado terreno como una alternativa para cocinar de manera más saludable, reemplazando a las sartenes tradicionales con aceite. Las redes sociales han contribuido a su difusión, con perfiles que comparten recetas saludables que destacan la versatilidad de la freidora de aire y su capacidad para lograr resultados similares a la fritura tradicional, pero con un menor contenido graso.
Las ventajas de este electrodoméstico frente a otros incluyen su método de cocción saludable, la rapidez en alcanzar la temperatura adecuada en comparación con el horno tradicional, y la facilidad de limpieza gracias a sus piezas desmontables y lavables. Otro punto a favor es su capacidad para funcionar de manera autónoma, ya que se puede programar durante un tiempo determinado. Asimismo, no deja olores residuales en el ambiente.
Historia
La historia de la freidora de aire tiene sus raíces en la década de 1940, cuando William L. Maxson se convirtió en su inventor. Maxson, también conocido por ser uno de los pioneros de la comida congelada, ideó el horno Whirlwind para cocinarla. Este horno, construido con aluminio y acero, utilizaba un motor de CC de 120 voltios alimentado por gas, queroseno o electricidad para calentar la comida.
El secreto del horno Whirlwind radicaba en la instalación de un ventilador en la parte trasera, que dirigía el aire caliente alrededor de la comida. Esta innovación sentó las bases para la tecnología de convección forzada, presente en las freidoras de aire modernas. La Airfryer hizo su debut en la IFA (feria de productos electrónicos en Berlín) en 2010, captando rápidamente la atención de los medios y los consumidores en Europa occidental.
El «lado oscuro» de la airfryer
Sin embargo, la freidora de aire también tiene una serie de inconvenientes que no se suelen tener en cuenta a la hora de comprar este electrodoméstico.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalan que, en comparación con las freidoras tradicionales, las freidoras de aire tienden a consumir más energía. Se estima que una freidora de aire consume alrededor de 390 Wh por hora al freír medio kilo de patatas, lo que supone un 25% más de energía en comparación con las freidoras convencionales.
A esto hay que sumar que, debido a su método de cocción basado en la circulación de aire caliente, el tiempo promedio de cocinado en una freidora de aire ronda los 17 minutos, en contraste con los 11 minutos que puede llevar cocinar en aceite. Por otro lado, el sistema de ventilación del aire en las freidoras de aire puede generar más ruido en comparación con las freidoras convencionales, lo que puede resultar molesto durante su uso.
No hay que olvidar que, aunque se utiliza menos aceite en las freidoras de aire, existe un mayor riesgo de que los niveles de acrilamidas sean elevados en comparación con las freidoras tradicionales. Y, por último, cabe señalar que las freidoras de aire tienden a tener precios más altos en comparación con las freidoras convencionales, lo que puede influir en la decisión de compra.
El peligro de las acrilamidas
La acrilamida, una sustancia que se forma de manera natural en algunos alimentos, especialmente aquellos que contienen almidón como las patatas y los cereales, se produce durante la cocción a altas temperaturas. Esta sustancia, además de tener propiedades potencialmente cancerígenas, también puede tener efectos negativos en la salud neurológica y reproductiva.
Para minimizar la exposición a la acrilamida, se aconseja cocinar los alimentos a temperaturas más bajas y por períodos de tiempo más cortos. En este contexto, es recomendable seguir las instrucciones del fabricante al freír alimentos en la freidora de aire y, sobre todo, evitar cocinar en exceso o a temperaturas extremadamente altas.
Consejos de uso
Coloca los alimentos en la canasta de la airfryer en una sola capa para evitar que se cuezan en lugar de quedar crujientes. Cocina las porciones de comida en tandas para no abarrotar la freidora.
Cocinar cualquier alimento húmedo o con salsa en la freidora de aire hará que gotee a través de la canasta y se queme en el fondo de la freidora.
Puedes usar la airfryer para recalentar las sobras, en vez de encender el horno o el microondas. Las sobras que mejor quedan son los alimentos que son crujientes, como los fritos.
Agitar la canasta de la freidora un par de veces durante el proceso de cocción garantiza que la comida se cocine de manera uniforme. De la misma manera, ¡asegúrate de darle la vuelta a los alimentos para evitar que se empapen los fondos!
Una de las principales preocupaciones a la hora de utilizar una airfryer es la molestia de limpiarla. La mayoría de las freidoras de aire tienen componentes desmontables que se lavan a mano por separado. Sin embargo, si quieres reducir la cantidad de limpiezas a lavar de la canasta de la freidora, cúbrela con papel de aluminio y reemplázalo cada vez que la uses.
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